Hay cuatro principios inscritos alrededor del monumento al Dr. Martin Luther King, Jr. en el National Mall en Washington, DC, que muestran sus ideas y su legado: la democracia, la justicia, la esperanza y el amor. En este próximo Día de MLK, estas palabras actúan como un recordatorio de lo que aspiramos a llegar a ser y cuánto nos falta para lograrlo.
En honor a los valores y el legado del Dr. King, Amazon y Amazon Web Services (AWS) están apoyando a la MLK Memorial Foundation a través de la acción y el servicio. Con motivo del 10mo aniversario de la MLK Memorial Foundation, AWS apoyará el Programa de Becarios de Justicia Social de esta fundación proporcionando oportunidades de tutoría así como capacitación y certificación gratuita en la nube y CTIM a los participantes del programa. Durante el Mes de la Historia Negra, Amazon se unirá a la Fundación en una tarde de servicio, incluyendo la entrega de artículos esenciales de cuidado personal a refugios para personas sin hogar del Departamento de Servicios Humanos de DC.
Hablamos con uno de los soñadores y creadores que hicieron el monumento al Dr. Martin Luther King, Jr. una realidad: El presidente y director general de la MLK Memorial Foundation, Harry E. Johnson, Sr.

Cada parte del monumento es significativa y simbólica. Un muro de citas representa los ideales de democracia, justicia, esperanza y amor del Dr. King. Por mucho que las citas reconozcan la historia de la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos, siguen sirviendo de inspiración a otros que luchan por los derechos civiles ahora. ¿Cómo se interpreta cada uno a través del legado del Dr. King?

Democracia: Este país se construyó sobre el tema de la democracia, que todos los hombres son creados iguales. Justicia: Esta es la esperanza de que haya justicia para todos nosotros, sin importar cuál sea la circunstancia o quién seas. Que como sociedad creemos en una justicia plena y justa para todos. Esperanza: Lo principal es que todos soñamos con una sociedad mejor. Esperamos una vida mejor, no solo para nosotros mismos, sino para nuestros hijos y las generaciones por venir. Esa es la esperanza que sentimos. Y luego el amor: Todo lo que hagas debería abarcar la palabra “amor”, A-M-O-R.

¿Cómo encuentras esperanza en el día a día? ¿Eres esperanzado?

No hay duda de que tengo esperanza. Viví en la década de los años 60. Viví el asesinato del presidente Kennedy, Martin Luther King, Jr., Malcolm X y Robert Kennedy. Viví esos tiempos turbulentos en los que creíamos que no había esperanza. La esperanza es eterna. Y mientras tengas esperanza de que las cosas van a mejorar, lo harán. Yo lo he visto.
Tengo esperanza para la generación futura. ¿Cómo surgió realmente mi esperanza, y cómo me siento al respecto? Cuando vi a todos esos jóvenes hombres y mujeres en las calles este pasado verano—esa era esperanza. Los jóvenes de nuestro país están construyendo un movimiento que demanda justicia social para todos. Ese movimiento y esas ideas se extendieron por todo el mundo, trascendieron océanos y fronteras. Esa fue esperanza para mí.

“El servicio es el precio que pagas por la 'renta' que debes en esta vida, el espacio que ocupas en esta tierra.”

El Día de MLK es un día de servicio. ¿Por qué un día de servicio? ¿Cómo capta eso el espíritu del Dr. King?

El servicio es el precio que pagas por la “renta” que debes en esta vida, el espacio que ocupas en esta tierra. El servicio es algo que se requiere de todos nosotros. Puede que no tengas dinero. No lo necesitas para servir. Puede que no seas diputado o senador en ejercicio. No hace falta ser político para servir. No necesitas un título universitario para servir. Tienes todo lo que necesitas para servir. Es una mentalidad y disposición para ir y hacer algo por alguien menos afortunado. Hacer algo por alguien más.
Entonces, ¿qué es eso? Podría ser algo tan sencillo como llevarle una comida a alguien que no tiene alimento. La próxima vez que estés haciendo fila en el servicio al auto, paga por la persona que está detrás de ti. El servicio puede ser regalar ropa a alguien que la necesite. Puede ser ir y solo hablar con alguien que está abatido, para escucharlos, para darles aliento y escuchar su historia. No se necesita un milagro, y no se necesita nada grande para hacer algo por otra persona. Solo tienes que hacerlo. El servicio es realmente el precio que sí pagamos para sobrevivir y pagar renta en este país. Es la renta que se debe por lo que este país ha hecho por nosotros.

A veces sí se necesita un poco de coraje para hacer lo que describes. ¿Cómo obtenemos, como individuos, ese coraje?

Seguro que se necesita coraje, pero hazlo de todos modos. Será más fácil, y ese es todo el punto. Solo hay que tener el coraje para hacerlo y no avergonzarse por hacerlo, porque ¿adivina qué? Si ofendiste a esa persona porque ofreciste darles $20, te lo harán saber. Creo que sí hace falta coraje para salir y decir: “¿Sabes qué? Esto es lo que voy a hacer”. Cualquiera que sea ese acto de servicio, tienes que hacerlo.
Yo estuve haciendo fila en el servicio al auto el año pasado. Un joven estaba frente a mí. Y él pagó por mi comida. Y luego mientras conducíamos por la calle, avancé a su lado. Y le pregunté: “Oye, ¿por qué hiciste eso?” Dijo: “Hombre, hoy he sido bendecido. Yo quiero bendecir a alguien más. No necesito que nadie me compre una comida, pero fue el pensamiento, lo que dijo: “Oye, he sido bendecido. Yo quiero bendecir a alguien más.”

“Mi madre nos enseñó algo cuando éramos niños, y sigue siendo muy relevante hoy en día. Y es que no eres mejor que nadie, y nadie más es mejor que tú.”

Tú crees que la verdadera fortaleza de Estados Unidos radica en su diversidad y sus talentos. ¿Cómo debemos, en nuestros lugares de trabajo, en nuestros hogares y comunidades, flexionar esa verdadera fuerza? ¿Qué podemos hacer todos los días, cada semana, y a lo largo de nuestra vida para ayudar a sostener y hacer crecer esa fuerza?

Creo que es muy sencillo. Mi madre nos enseñó algo cuando éramos niños, y sigue siendo muy relevante hoy en día. Y es que no eres mejor que nadie, y nadie más es mejor que tú. Y así, cuando hablamos de diversidad, y cuando hablamos de este gran país —este país se está volviendo cada vez más diverso. Por casualidad vivo permanentemente en Houston, Texas, la ciudad más diversa del país en este momento. Y aquí en Houston, se ven a todas las personas compartiendo juntos, comiendo, disfrutando de la comida, disfrutando unos a otros, disfrutando de la vida. Todos nosotros conformamos este gran país, no importa cuál sea tu persuasión sexual, no importa cuál sea tu trasfondo religioso, no importa cuál sea tu tono de piel o nacionalidad, todos somos la misma gente. Todos queremos las mismas cosas.
¿Qué queremos? Queremos una vida mejor para nosotros mismos. No hay preguntas al respecto. Si estás casado con familia, quieres una vida mejor para tus hijos. Y luego el número tres, quieres un mejor país que entienda las necesidades de los menos afortunados. Porque siempre debemos tener en cuenta eso. Todos merecemos disfrutar de este país y de la gracia de una buena vida.

¿Cómo ves que esa fuerza a través de la diversidad se manifiesta? ¿Y qué señales debemos estar buscando en nuestros lugares de trabajo y comunidades de que lo estamos haciendo bien?

Creo que lo que buscas en tu lugar de trabajo empieza al pensar en igualdad de oportunidades. Mira alrededor de tu lugar de trabajo. Si el único amigo que tienes en el trabajo es alguien que se parece a ti, entonces no tienes verdadera diversidad. Y hay que tener un lugar de trabajo diverso no solo para entender el dolor de tus compañeros de trabajo, sino para reconocer su talento. Diversidad significa una mejor empresa, y un mejor resultado para el negocio al final del día. La verdadera diversidad—en casa, en nuestras iglesias, pero sobre todo en nuestros lugares de trabajo—significa que todos entendemos que la gente debe llevarse bien para que la empresa sobresalga en todo lo que hace.

“Cada generación lleva al sueño del Dr. King un paso más allá, diciendo, ¿sabes qué? Comprendemos el sueño. Hagamos realidad el hecho de cambiar este mundo.”

Escuchaste por primera vez el discurso del Dr. King “Tengo un sueño” en 1963, en la escuela primaria, en North St. Louis. Eso fue hace casi seis décadas. ¿Qué significó “Tengo un sueño” para ti entonces, cuando escuchaste por primera vez ese discurso y esas palabras, y cómo ha cambiado eso para ti con el tiempo?

Cuando yo era niño solo tenía tres canales de televisión, a menos que fuera sábado por la mañana y pudiera ver dibujos animados. Aparte de eso, era el noticiero vespertino con Walter Cronkite o alguien más. Y mucha de la charla sobre lo que pasaba en el mundo en ese momento tuvo que ver con la segregación. Mucho tenía que ver con cómo se trataba a los negros versus a los blancos.
Al crecer en St. Louis, no teníamos señales de solo blancos ni avisos de que los negros no podían sentarse en algún lado. Lo que teníamos era que sabíamos que había ciertas cosas que no podíamos hacer y ciertos barrios en los que no podíamos entrar. Y así nos afectó el discurso: que todos pueden tener un sueño, y puedo soñar con una vida mejor para mí, sin ninguno de esos límites.
Creo que ese discurso es algo que niños y jóvenes hombres y mujeres siguen escuchando para ver cuál era el sueño del Dr. King. Y los jóvenes de hoy, si miran hacia atrás al año pasado, están diciendo:
“Miren, el Dr. King pudo haber estado hablando de un sueño, pero queremos ver el sueño puesto en acción.”
Las cosas cambian con diferentes generaciones. No vamos a volver atrás y lidiar con lo que hice de niño en los años 60. Vamos a lidiar con lo nuevo. ¿Cuáles son nuestros próximos pasos? ¿Qué cosas nuevas vamos a cambiar? La generación que se sentaba en la parte trasera del autobús se fue hace mucho tiempo. Por lo que cada generación lleva el sueño del Dr. King un paso más allá, diciendo, ¿sabes qué? Comprendemos el sueño. Hagamos realidad el hecho de cambiar este mundo.
Es decir, todos los jóvenes probablemente se ríen de aquellos de nosotros que somos mayores de 50 años, cuando solíamos mirar a los Jetsons y verlos hablando con la computadora en un televisor y todo eso. Nunca soñamos con que eso realmente ocurriera. Nunca soñamos con tener un celular. Esas son cosas que sucedieron a causa de los cambios en la sociedad. Esas son cosas que sucedieron porque hay oportunidades en todo el mundo para todos nosotros, y no solo están reservadas para una persona o personas en particular.

¿Ese es tu sueño para nuestra sociedad, que todos tengamos esa oportunidad?

Sin duda. Mi madre nos enseñaba, nadie te debe nada. Y eso es muy cierto. Nadie te debe nada más que una oportunidad. Toma una oportunidad conmigo. Te deben una oportunidad, una oportunidad para arriesgarte. Le debes a la sociedad la oportunidad de hacerlo mejor por ti mismo que lo que alguien más hizo por ti. Ese es mi sueño.
Mi sueño es que una abundancia de fe, esperanza y amor alcance a todos. Que vivamos en una sociedad donde nadie tiene dolor, nadie está hecho para sentirse menos por quienes son, por el color de su piel, su origen religioso —cualquier cosa. Todos somos iguales. Ese es mi sueño.

El equipo de Amazon Books seleccionó una lista de títulos para los interesados en conocer más sobre el Dr. King.

Let the Trumpet Sound de Stephen Oates
The Sword and the Shield de Peniel E. Joseph
Bearing the Cross de David Garrow
The Plot to Kill King de William F. Pepper Esq.
Strength to Love de Martin Luther King Jr.
Nine Days de Paul Kendrick
Kennedy and King de Steven Levingston
Coretta de Coretta Scott King
The Promise and the Dream de David Margolick
The Seminarian de Patrick Parr
A Time to Break Silence de Dr. Martin Luther King, Jr.
Martin Luther King Jr. de Valerie Bodden
The Speech de Gary Younge
Where Do We Go from Here de Martin Luther King, Jr.